miércoles, 13 de abril de 2011

Envolver chorizos

No es que se haya puesto de moda últimamente, porque de siempre ha habido chorizos, pero parece que en los tiempos que corren es una forma muy recurrente de ganar dinerito.


Chorizo de verdad


Hace un tiempo tuve la suerte de hablar con una pequeña empresaria de Pamplona sobre ética empresarial.


Comentando sobre lo inmoral de algunas empresas que aún afirmando padecer las consecuencias de la crisis se vanaglorian de haber aumentado sus beneficios.


Ejemplificaba esta empresaria la situación en Viscofán, empresa Navarra dedicada a la fabricación de envolturas artificiales para productos cárnicos.


Afirmaba mi interlocutora que la empresa había crecido espectacularmente en los últimos años y que sin embargo hacía la vida imposible a los trabajadores. Les exprimía más que nunca y sin ningún tipo de miramiento ni escrúpulo despide sin contemplaciones.


Ahí quedó el ejemplo y es que en esta maldita crisis, la gente ha dejado de comprar filete y se ha pasado a la salchicha



El pasado domingo, en el suplemento "empresas & sectores" de El País, aparece el artículo "El 'milagro' de envolver chorizos". Y habla precisamente de Viscofán. De su crecimiento un 159% en un lustro. De haber incrementado su beneficio neto de 2006 a 2011 de 31,3 millones de € a 81,34 millones de €. De cómo su presidente José Domingo Ampuero y Osma atribuye su crecimiento a una "política comercial, productiva y financiera muy disciplinada, dando mayor valor a un producto clave para la eficiencia de los productores de embutidos, apostando por el I+D tanto en nuevos productos como en costes".


Y digo yo, eso es vender, si señor. ¿Cómo se aporta más valor al plástico de las salchichas? Pues está claro: Con una política productiva muy disciplinada e I+D en costes. O sea, haciendo trabajar más a la gente y despidiendo al que se menea.


Chorizo informático


Antes de nada dejar claro, aunque sea de ciencias, que aquí chorizo es sustantivo e informático es adjetivo.


Muchos conoceréis ya el término "cárnica" para nombrar a las empresas informáticas o tecnológicas que "ceden su personal a terceras empresas con ánimo de lucro".


Pero es que últimamente las "terceras empresas" también han dejado de comer solomillo y compran ahora casquería.


Así que algunos "charcuteros" pues también están en pleno crecimiento. Es normal, es lo que vende. ¿Es que el cliente no se da cuenta de que los embutidos suben el colesterol?


Y aquí entra otra vez la ética empresarial. ¿Hasta que punto es bueno bajar los precios a costa de la calidad, si a la larga vas a castigar la salud de tu cliente? ¿Con que poca moral trituras esa carne fresca y le pones una funda de plástico para venderla como fast food, en vez de darle bellota y hacer un buen jamón?



Chorizo chorizo


El chorizo chorizo no es el Pamplonica, es el que ya sea a base de vender plásticos para autoenvolverse o de envolver informáticos, o sabe Dios qué, una vez encumbrado se dedica a adornar su chacinería para mantener su estátus y seguir manteniendo en el engaño al resto de mortales.


Otro alarde de ética empresarial, sin duda.


Y es que está claro, para hacerse millonario, hay que ser un buen chorizo.


lunes, 11 de abril de 2011

"Gestión" del cambio (personal)

La naturaleza de los cambios puede ser muy variada. Depende del ámbito en que se apliquen se pueden categorizar de una u otra manera con mayor o menor complejidad.

Pero algo que es común a todo entorno es que un cambio puede ser forzoso o voluntario.

La gente suele ser, en general, reacia a los cambios.

No cambiamos de casa muy a menudo. "Puf, que pereza una mudanza, y el barrio, los sitios a los que ya me he acostumbrado..."

Ni se cambia de trabajo con mucha frecuencia (al menos hasta hace un tiempo). "Es que me llevo bien con los compañeros, llevo ya una carrera profesional hecha, tengo unos derechos consolidados, las tareas a las que ya nos hemos acostumbrado..."

¿Pero por qué somos tan recelosos?

Aprovecha el cambio para mejorar.

Nos da miedo, es normal. Después del cambio hay algo desconocido. ¿Qué habrá detrás de la esquina?

Si decides cambiar es porque crees que te espera algo mejor. Así que no te asustes y vé a por ello.

Y si el cambio te viene impuesto laméntate lo justo, seguro que un mundo de oportunidades nuevas se abre a tu paso.

Puedes llamarlo resignación, conformismo, falta de lucha, dejarse llevar,...

Pero yo creo que es pura adaptación al cambio.

Los cambios son inevitables. Lucha por mantener lo que tienes, pero no te ciegues. Sé tan activo para conservar tu posición como para aprovechar las nuevas situaciones.

Mi vida entró en una "vorágine" de cambios desde hace ya un tiempo. Algunos voluntarios, otros forzosos, algunos más fáciles de aceptar, otros que plantearon mayor incertidumbre.

Nadie dice que sea fácil, pero la mejor opción es siempre mirar hacia adelante.

En breve toca "volver" a la oficina.

Seguro que un mundo de nuevos proyectos, nuevas tecnologías y nuevos compañeros estarán a mi alcance.,